
No más fin de semana,
ni hermoso amanecer.
No más aguas de marzo,
estando sola contigo.
No más puesta de sol,
ni lluvia sobre los sembrados.
No más eclipse de luna,
ni luna sobre el monte.
No más brisas de la mañana,
ni leve soplo del viento.
No más mirar las estrellas,
ni mejores pensamientos.
No quiere la mansedumbre del agua,
ni el silencio de la selva.
Sólo saciar el hambre
en la soledad desligada.
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